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Las claves para ser felices están en nuestra mente

Las claves para ser felices están en nuestra mente

La felicidad depende del sentido que cada uno de nosotros le da a la vida y en una sociedad que parece haber perdido el rumbo en las cosas más esenciales hemos sustituido el sentido de la vida por sensaciones. Puede ser el alcohol, la comida, redes sociales … No se trata de que sea algo malo o bueno sino que es autodestructivo cuando sustituye a lo verdadero. Cómo ser feliz está en nuestra mente

Es un tema muy investigado, los japoneses lo llaman ikigai y saben que cuando existe, vienen con él: mejor salud física y sicológica, incluso mejoran los marcadores cardiovasculares. Todos estamos librando alguna batalla en algún tema de nuestra vida, por algo que nos preocupa en lo profesional, salud, familia … dependiendo de cómo lidiamos con ellas marcará nuestros momentos de felicidad porque consiste en conectar con eso que pasa cada día y gestionarlo de la mejor forma.

Tiene un nexo con la plenitud, un estado donde tengo las necesidades cubiertas y no quiero nada más. Se puede estar sufriendo en ese momento y ser feliz porque sabemos conectar con lo bueno -aunque sea pequeño- que va sucediendo. Es fundamental tener un amor o amistad verdadera, tener a alguien en quien de verdad se confía, a la que le puedes contar todo sabiendo que te va a escuchar, apoyar y no te va a juzgar. Esto te hace sentir mejor de inmediato, da igual que haga tiempo que no la veas si se mantiene esa relación verdadera.

Sentirse querido y saber que no estás solo es el mejor antídoto contra el sufrimiento, en cambio la soledad no buscada, involuntaria es algo devastador para la mente y el corazón. Es amor a uno mismo, autoestima, de forma sana, sin los excesos del narcisismo ni tan poco que entre en los cuadros de la inseguridad. El amor de pareja nos hace ser valientes, Platón afirmó que ¨no existe nadie tan cobarde al que el amor no lo transforme en alguien valiente¨. Todos conocemos a alguien que de repente se ha enamorado y se transforma, nada le da miedo y asume riesgos que antes no tomaba. El amor a los demás, la armonía con las personas de nuestro entorno ayuda a mitigar los efectos que el estrés pueda producirnos.

Sistema de creencias y su impacto en la felicidad

El amor a las creencias e ideales, Ortega y Gasset afirmó que ¨las ideas se tienen y en las creencias se está¨. Cuando crees en algo de verdad tienes una fuerza que puede superar casi todo. El amor a los recuerdos es el que parece más diferente pero su hallazgo le hizo ganar el premio Nobel de medicina a quien demostró empíricamente que cuando alguien recuerda algo con gran intensidad, el recuerdo de esa imagen placentera activa los mismos mecanismos en el cerebro y bioquímicos en el cuerpo que cuando esto sucedió en la realidad.

Hay cosas que lógicamente son reales pero es importante la interpretación que se hace de lo que sucede y todos interpretamos la vida de una u otra manera dependiendo de varios factores: el sistema de creencias, ideas prefijadas sobre cómo debe ser la vida, cómo quiero que me traten, como quiero que se gobierne el mundo; quiero un trabajo, una casa, una pareja y unos hijos así. Incluye expectativas y aspiraciones personales y profesionales nuestras y de nuestro entorno.

Todo lo que sucede y nos cuentan lo filtramos a través de esos factores. Si un hijo dice que quiere ser pianista se puede producir un drama familiar ya que muchos en la familia son abogados, desean que los hijos lo sean y les parece inaceptable porque creen que ser pianista no es bueno. Lo lógico es aceptar la realidad del talento del hijo pero se niegan y esa resistencia al cambio impide que disfruten de la vida. Preguntarnos, ¿cuál es mi sistema?

Sistema reticular del cerebro y estado de ánimo

Otro factor es el estado de ánimo, si estoy contento por una alegría grande la interpretación de los acontecimientos es más luminosa. Depende de muchas cosas: cómo dormimos, las circunstancias del entorno, nuestra personalidad, si eres muy sensible o desconfiado, si te quejas mucho o te sientes víctima; debemos trabajar nuestra personalidad para encontrar en la forma de ser el talón de Aquiles que nos impide disfrutar de los sucesos diarios.

Los acontecimientos nos pueden afectar mucho o poco: si un día un hijo te dice que lo han suspendido en todas las asignaturas pero ese día has conseguido un mejor trabajo no le das mucha importancia. Pero si has perdido el trabajo o te sientes enfermo, la reacción es desproporcionada.

Nuestro sistema reticular tiene una función mágica que es la de rastrear el cerebro, filtrar todo lo que sucede y quedarse con lo que más nos interesa. Recibe mucha información, principalmente de los sentidos: si estás dedicando mucho tiempo a buscar sobre un tema específico el sistema reticular lo detectará y hará todo posible para encontrarlo. Luis Pasteur afirmó que ¨la suerte favorece a la mente preparada¨, hay que estudiar para activar el sistema reticular y entonces percibiremos más fácilmente las mejores oportunidades.

Efecto de la exposición a la pantalla en el cerebro

El principal inhibidor del sistema reticular es la pantalla porque te ofrece gratificaciones instantáneas con experiencias vibrantes. Está diseñada para aliviarnos con chispazos de dopamina pero a la larga te producen vacío ya que es algo falso, las cosas verdaderas suceden en la vida real. Es un esquema similar a las drogas, por eso muchas adicciones a los videojuegos y pornografía se tratan con mecanismos similares. Esto frena la actividad de la corteza prefrontal -la que nos hace seres superiores- fundamental para la atención, resolución de problemas y control de los impulsos; prestar atención a lo que queremos; estar quietos en un sitio y pensar.

Esta corteza es totalmente inmadura cuando el bebé nace y se estimula con la luz, sonido y movimiento. Como queremos que el bebé al crecer preste atención también a objetos inmóviles: un adulto que le habla, esté quieto en clase y leyendo un libro … no le damos la pantalla desde niño donde todo es luz, sonido y movimiento para que la mente no sea estimulada solo por dispositivos externos.  El cerebro funciona con un mecanismo de úsalo o piérdelo, si solo usamos Wikipedia para buscar datos y Google maps para orientarnos, el hipocampo -zona de la memoria- cada vez funcionará peor; cuando el cerebro tenga menos actuación per se, peor funcionará en esa herramienta particular.

Fortalecer la capacidad de atención

Si trabajamos las cosas prestando buena atención mejoramos la neuroplástica cerebral y generamos nuevas neuronas, ahora sabemos que tener ilusión en la vida genera una migración de neuronas hasta el hipocampo. Estamos en una crisis de baja atención hiperestimulados por demasiadas sensaciones: vas a un sitio y pasan cinco cosas simultáneamente y no conectas sensorialmente con algo puntual.

Necesitamos aprender a gestionar momentos de paz interior que es la cuna del asombro y la creatividad, reduce el estrés y aumenta la calidad de vida. Una persona con voluntad llega más lejos que una persona inteligente porque es capaz de posponer las recompensas inmediatas: lo quiero todo hoy y ahora. Sabe ponerse pequeños retos: no como esto ahora, no voy a meterme en las redes durante una hora … y así educar la voluntad con pasos de bebé. Cuando la mente divaga y salta sin control la capacidad cerebral baja. Ningún descubrimiento importante ocurrió en momentos frenéticos, donde vas superficialmente y no profundizas, sino en los de reflexión con el parasimpático relajado: … vio caer una manzana y tuvo la idea de la fuerza de gravedad. Esculpimos el nivel intelectual del cerebro en tiempo real según a qué prestamos atención y eso impacta no solo los logros en el trabajo sino en el disfrute de la conexión con las personas.

Un primer paso podría ser aprender a enfocarse en cosas positivas que quiero me sucedan, hablar de ellas, escribirlas fortalece la atención, basta mirar algo con mucho interés para que se vuelva importante. Saborear la comida desde los sentidos, no tragar sino reflexionar sobre la mezcla de sabores, ¿a qué sabe? Frenar el aturdimiento, estar en silencio y preguntarnos: ¿qué se escucha?: ¿música?, ¿pájaros? Ayuda a que los sentidos tomen más importancia y frena la dispersión enfocándonos en algo que fortalece la capacidad de atención.

Es clave aceptar que no puedo controlar todo y no angustiarnos porque no podemos con todo lo que llevamos en nuestra vida y nos vamos a romper. Si busco relajarme desde el control eso me llevará a un estado de alerta dañino, buscar en cambio la conexión de mente, cuerpo y alma en un punto único de simbiosis y hacerlo de forma consciente.

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