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Olvidarán tus palabras pero no lo que les hiciste sentir

Olvidarán tus palabras pero no lo que les hiciste sentir

Olvidarán tus palabras pero no lo que les hiciste sentir

Todos tenemos la experiencia del nerviosismo y el miedo escénico la primera vez que hablamos ante una audiencia numerosa y tal vez pensamos que eso le sucede solo a algunas personas. Le sucede a todos en mayor o menor medida porque lo causa una hormona llamada cortisol que también es la causante del stress. No es mala en sí misma, la necesitamos para sobrevivir ante situaciones difíciles como las que enfrentaban nuestros antepasados cuando cazaban mamuts. En casos extremos suprime todas las funciones que no sean necesarias para sobrevivir: digestivas, sistema inmune… y estimula la producción de adrenalina para poner en juego todas nuestras capacidades, por ejemplo, para hablar en público y hacerles sentir emociones.

La técnica y el arte de la oratoria

La oratoria utiliza unas técnicas de expresión corporal, impostación de la voz… que son importantes pero hablar en público es ante todo un arte. Como sucede con el músico y el pintor, lo esencial es la capacidad de lograr que las emociones -alegría, tristeza…- los sentimientos y pasiones que se sienten mientras se compone, se pinta o habla las sientan también quienes las están apreciando. No se trata de gritar o llorar, hay otros recursos más naturales como reír que logran resultados similares.

No podemos dejar que los nervios nos paralicen, ante todo debemos canalizar el efecto de la hormona de la adrenalina en nuestro cuerpo y voz para lograr que lo que tu sientes lo sientan también los que te escuchan.

Cómo lograr que el público haga suyo lo que escucha

No es bueno memorizar todo el discurso, hay que grabar bien las ideas principales, los objetivos y temas para luego hablar con espontaneidad y con pasión a fin de mostrar nuestra convicción y que amamos lo que estamos haciendo.

El público va a olvidar el contenido de lo que dijiste a corto o mediano plazo pero recordarán aquellos comentarios que les llegaron porque les hiciste sentir alguna emoción. No olvidarán cómo los hiciste sentirse inspirados por unas palabras que dijiste o alegres por los chistes que contaste y eso logró que por un momento mágico los envolvieras en tu visión del tema e hicieran suyo lo que dijiste.

Otros contenidos de valor que encontrarás en la Escuela de Escritores de Caracas

Te invito a explorar los diversos talleres que ofrecemos sobre escritura y otros temas como ortografía y redacción en el que se aprende a cómo redactar correctamente.

 

Por: Vicencio González. Ha sido docente de Oratoria en la Escuela de Escritores de Caracas.

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