Cómo aumentar la creatividad para escribir historias únicas

Por Vicencio González

Este artículo es la continuación de: «Cómo escribir historias que a la gente le gustará leer» y se centra en cómo aumentar la creatividad. Terminamos diciendo que: definiendo las dos ideas horror y comedia que necesitas combinar de forma que sea original, tu mente comienza el proceso creativo. Si esto no ocurre, lo más probable es que necesites hacer acopio de más ideas. Esto puede significar explorar y jugar con ideas nuevas hasta que algo comience a bullir. Pue­des ver películas de terror que sean divertidas y analizar qué tipo de técnicas utilizan para provocar la risa. Piensa en expe­riencias personales en las que has experimentado el horror en tu vida que tengan una vertiente cómica, y ana­lízalos.

Cuando todo lo demás te falle puedes con­vocar a la Musa en tu subconsciente y pedirle que vaya pen­sando en situaciones de horror divertidas. Entonces vete a descansar y espera a que la Musa vuelva con las sugerencias.

La fase de incubación de ideas es crucial para aumentar la creatividad y requiere de ti todo, menos escribir. Una vez que las ideas comienzan a fluir en tu mente, automáticamente irán surgiendo unas detrás de otras, e irán bus­cando nuevas conexiones. Deja que ellas mismas hagan el trabajo, parte del proceso creativo es hacer algo distinto mientras dejas que tu Musa trabaje en el subconsciente.

En nuestra vida consciente y racional nos movemos de forma lineal y cronológica. La B sigue a la A, es un proceso unidimensional, rectilíneo, claro y conciso. Sin embargo, el subconsciente creativo no resuelve los proble­mas con un modelo lineal, sino más bien dando ciertos rodeos. Si las ideas surgen sin más, nor­malmente serán obvias y previsibles. Pero si sabemos esperar y permitir que se incuben en el subconsciente y que este jue­gue con ellas, las ideas se combinan y relacionan de forma peculiar. Esta libertad permite que ciertas conexiones originales que en un principio habrían sido rechazadas por una mente racional, tengan la oportunidad de establecerse.

Diferencias entre pensamiento convergente y divergente

El pensamiento creativo no está muy bien considerado en nuestra cultura, los siste­mas educativos dan una importancia mayor a lo que se suele llamar pensamiento convergente. Este tipo de pensamiento es lógico y lineal: nos lleva a la respuesta co­rrecta: 2+2=4. Se recompensa la precisión, pide hechos verificables: ¿Cómo se lleva a cabo un proceso judicial? ¿Cuáles son los tratamientos habituales para el cáncer?

El pensamiento divergente es un pensamiento flexible, no trata los problemas desde un solo ángulo buscando descubrir una simple respuesta. No se aferra a las viejas tra­diciones. No busca lo convencional ni sigue la regla de   «siempre se ha hecho así». Considera y juega con muchas posibilidades.

¿Cómo aumentar la creatividad? Cultiva el pensamiento divergente. Los pensadores divergentes no tienen miedo a parecer lo­cos, ridículos o extravagantes, cualquier idea puede ser útil, y muchas veces es necesario considerar muchas ideas diferentes antes de encontrar la más aprove­chable. Para escribir buenas historias necesitarás utilizar los dos tipos de pensamiento. El convergente es necesario para crear situaciones con una buena base de investigación que resulten verosímiles. El pensamiento divergente es necesario para hacerlos originales y únicos. Hay que saber que el Empire State está en Nueva York si quieres que King Kong trepe por él, pero debes utilizar el pensamiento divergente para imaginar cómo llega King Kong desde la selva a la ciudad.

Ambas formas de pensamiento se pueden educar. Cuanto más investigues para que tus hechos sean exactos, más desa­rrollarás tus habilidades de pensamiento convergente. Cuanto más abras tu mente para dar paso a diferentes soluciones ante un problema concreto, aunque no sean del todo lógicas, fortalecerás en mayor medida las habilidades propias del pensa­miento divergente. A medida que trabajes en la solución de los problemas verás que algunos presentan más dificultades que otros y las soluciones no se encuentran con fa­cilidad. No te preocupes. Sigue practicando. Has estado pen­sando de forma convergente durante muchos años. Recuerda que la mente creativa es la mente del niño al que le gusta des­cubrir, explorar y divertirse.

Cómo entrenar el pensamiento divergente

El pensamiento divergente pone el énfasis en la cantidad de ideas que se han de considerar hasta encontrar las que parecen más originales. Poniendo el énfasis en la cantidad de ideas se permite a la mente que baraje en primer lugar lo más obvio y convencional. Después, habrá que forzar la mente a que deje a un lado lo que es obvio y se traslade a un plano diferente. No podemos conformarnos con una sola respuesta, sino con cinco, diez o veinte. Si puedes forzarte a ti mismo para seguir pensando en diferentes posibilidades, descubrirás que tu mente creativa se va despertando. Te sorprenderás con los pensamientos que comienzan a surgir de esta forma.

Realiza el siguiente ejercicio

Intenta utilizar el pensamiento divergente escribiendo sobre una situación muy usual: la persecución. ¿De cuántas maneras posibles eres capaz de escribirla? Cuando comiences, te resultará muy natural encontrar cinco o diez respuestas que se basarán en tus recuerdos, en lo que has visto antes, lo que es obvio. En algún momento después de la décima o vigésima idea, tu mente comenzará a sentirse libre, y puedes quedarte sorprendido de tu propia originalidad. Observa cómo trabaja tu mente. Puedes comenzar a pensar en vehículos, desde carros a trenes, un globo de aire caliente. Los vehículos pueden llevarte a pensar en persecuciones de animales: en camello, caballo o elefante. Pensar en animales te traerá a la imaginación escenas de persecución en el campo: con una hoz, un rastrillo, etcétera.

No te preocupes si tu mente te lleva a pensar en cosas imposibles, como todavía no estás juzgando lo que haces, escríbelo. Las situaciones imposibles te pueden llevar a las posibles. Continuará.

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